Hay cosas que nos apasionan, nos hacen soñar despiertos y nos llenan de sentimientos. No son meros pasatiempos, son instrumentos para llenar el tiempo de vida. Para vivir otras vidas a través de la ficción, para aprender y comprender otras realidades.
En mi caso, son los libros. Me chiflan los libros de todo tipo: de consulta, de literatura, técnicos, de ficción y no ficción. He de reconocer que no soy muy aficionada al cine, voy a veces y siempre acompañada. En muchas ocasiones me aburre. Tampoco es que me entusiasmen los videojuegos, exceptuando los clásicos.
Pero algo que me fastidia es que comparen los libros y las películas. Por poner un ejemplo, 'Blade Runner' y '¿ Sueñan los androides con ovejas eléctricas?' Ambas son obras maestras, pero son diferentes. Yo veo muy lógico que así sea y no comprendo bien ese afán de pretender que una película basada en un libro sea exactamente igual a éste. Son formatos diferentes, modos distintos de crear. Y tienen diferentes limitaciones.
En el caso de 'Blade Runner', como en casi todos, me gusta más el libro. Y no porque la peli no sea buena, todo lo contrario, pero un libro permite desarrollar más aspectos concretos. Permite profundizar en los personajes, en la psicología y en el ambiente. Una peli depende más de la acción que de la descripción, pues lo estamos viendo pero pasamos muchas cosas por alto. Y está el tiempo. Puedes escribir una novela que se tarde horas en leer, incluso días. Una película no debe durar mucho o cansará al espectador, no como en las series de televisión, que a mí personalmente me gustan más.
Pero ese es otro tema y quizás sea tratado en otra ocasión.
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