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jueves, 18 de febrero de 2016

Bienvenidos al desván



Hoy quiero recibiros en mi guarida, en el desván. Un espacio mío pero creado para compartir con vosotros, como un cuarto de juegos.

Este no es un lugar polvoriento, mi atestado de objetos inservibles. Este es un lugar cómodo, con una mesa desvencijada, un par de sillas y un sofá viejo. Una habitación con mucha luz y buenas vistas.  Un sitio antiguo,  concebido para la reflexión, para la soledad y el pensamiento. Pero también está pensado para la conversación tranquila, para el juego, para distraer al cerebro.

Lo que vais a encontrar aquí son fragmentos de relatos que escribo y mis comentarios sobre libros y otro contenido cultural que me guste o me llame la atención. Por supuesto se aceptan sugerencias. 
De vez en cuando escribiré alguna entrada más personal, como esta misma de hoy, en la que simplemente me dedico a divagar.

Divago bastante a menudo, aunque me dijeron una vez que tengo la cabeza bien amueblada. No supe como tomarme ese cumplido. En realidad, tengo la cabeza casi vacía, solo lo esencial. Pero llena de espacio para moverme y estar bien. Creo que a veces nos sobrecargamos de cosas, nos aferramos a ellas. Y así se vive peor.

Hace unos años por estas fechas tuve una temporada mala, aunque no fue nada grave. La enfermedad cambió mis planes, mi vida. Antes me pasaba el día corriendo de un lado para otro, tratando de arreglarlo todo, de hacer todo bien y a tiempo. Pero tuve que pararme. Era como si no hubiese suelo bajo mis pies. Sin embargo, pronto comprendí que el abismo estaba en mi interior, en mi mente llena de trastos inútiles, y que seguía teniendo un suelo para poner los pies en él. Pero tenía que querer hacerlo. Y para ello había que dejar que el abismo se tragase todo eso, que hiciese sitio.

La enfermedad me cambió y, en muchos aspectos, fue un cambio positivo. A pesar de todo lo malo que conlleva, fue para bien. Y creo que llegó la hora de compartir parte de lo que aprendí y de lo que aprendo día tras día. Dejar de ser una mera lectora y poner mi granito de arena en este océano inmenso de Internet por el que navegamos.

Espero que lo disfrutéis tanto como yo.

Bienvenidos. 



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